El Starship, el cohete más grande de la historia y el proyecto estrella de SpaceX, volvió a fallar. La nave de Elon Musk, que está pensada para llevar humanos a la Luna y a Marte, tuvo su octavo vuelo de prueba este jueves, pero terminó en una explosión que dejó caer restos incandescentes sobre el cielo de las Bahamas y las islas Turcas y Caicos.
El lanzamiento, realizado desde Texas, parecía ir bien: el propulsor se desacopló sin problemas y fue recuperado, pero el segundo módulo perdió conexión y terminó estallando. Desde la empresa de Elon Musk lo definieron como "una lección de aprendizaje", aunque lo cierto es que es otro golpe para el ambicioso proyecto espacial.
El cohete de Elon Musk volvió a fallar
Con 123 metros de altura, el Starship equivale a un edificio de 40 pisos y es el gran sueño de SpaceX para revolucionar la exploración espacial. Este jueves, a las 17:30 (hora de Texas), la nave despegó rumbo a su misión de prueba, pero 40 minutos después, la transmisión se cortó y la nave desapareció del radar.
Minutos después, videos grabados desde las Bahamas mostraban una lluvia de escombros cayendo desde el cielo, confirmando la nueva falla. En redes sociales, las imágenes se viralizaron rápidamente, aunque aún no se sabe si provocó daños en la zona.
Desde SpaceX emitieron un comunicado donde señalaron que están analizando las causas de la falla y remarcaron que "el éxito surge de lo que aprendemos". Este es el segundo vuelo consecutivo del Starship que termina en explosión sobre el Caribe. La última prueba, en enero, también culminó en desastre, con una lluvia de escombros sobre el océano.

Elon Musk, que suele ser muy activo en redes, no hizo comentarios sobre el fallo, algo que llamó la atención. Su ausencia en el tema genera dudas sobre cuánta atención le está dedicando realmente a SpaceX, ya que actualmente está enfocado en liderar recortes federales en el gobierno de Donald Trump en Washington.
Mientras tanto, la NASA sigue esperando una versión modificada del Starship para su programa Artemis, con el que busca volver a llevar astronautas a la Luna en esta década. Por ahora, el megacohete de Elon Musk sigue sin demostrar que puede volar con éxito, y cada nueva prueba fallida pone más presión sobre el proyecto.