Si hay un sabor que nos transporta directo a la infancia, ese es el del alfajor Fulbito. Para muchos, fue uno de los pequeños grandes placeres de la niñez: sencillo, económico y accesible, se conseguía en cualquier kiosco de barrio o a la salida del colegio, cuando las monedas alcanzaban justo para llevarse uno. ¿Cómo prepararlo en casa y con pocos ingredientes?
Ya sea por su sabor particular o por la emoción de poder comprarlo con el vuelto de algún mandado, este alfajor se ganó un lugar privilegiado en la memoria colectiva de varias generaciones de argentinos y argentinas.
Con el paso de los años, y en un contexto donde los precios subieron y las golosinas tradicionales fueron quedando relegadas frente a las marcas más comerciales, encontrar un Fulbito se volvió una especie de tesoro escondido. Ya no abunda como antes en los kioscos, y ese valor accesible que lo convertía en una ventaja frente a los alfajores de primera línea quedó atrás. La consecuencia de esto es que su consumo se redujo y su distribución también. Hoy en día, toparse con uno es casi un guiño al pasado.

Pero para quienes no quieren resignarse a dejar atrás esos sabores entrañables, existe una opción casera y deliciosa: prepararlo en casa. Con ingredientes simples y un paso a paso accesible, es posible revivir esa experiencia de sabor que acompañó tantas meriendas, recreos y tardes de fútbol en la vereda.
Cómo preparar el mejor alfajor Fulbito casero
Ingredientes
Para las tapas:
- 50 gramos de manteca
- 50 gramos de azúcar
- 1 huevo
- 1 cucharada de esencia de vainilla
- 120 gramos de harina
Para el relleno:
- 100 gramos de chocolate
- 20 mililitros de agua hirviendo
- 1 cucharada de cacao

Cómo hacerlo paso a paso
- Preparación de la masa: en un bowl mediano, colocá la manteca a temperatura ambiente junto con el azúcar. Con la ayuda de un batidor de mano o una espátula, comenzá a batir enérgicamente hasta que ambos ingredientes se integren y obtengas una mezcla de textura cremosa y color claro. Este paso es importante porque de esa correcta integración depende la textura final de las tapas.
- A continuación, agregá el huevo y la esencia de vainilla. Incorporalos bien a la preparación, batiendo hasta que todo quede perfectamente unido. La esencia de vainilla le da a la masa ese aroma dulce y característico que recordamos de los alfajores clásicos.
- Agregar la harina: de a poco, empezá a incorporar la harina previamente tamizada. Hacerlo en pequeñas tandas evita que se formen grumos y facilita que la masa se mantenga lisa y homogénea. Revolvé con una espátula o batidor hasta que la mezcla adquiera consistencia y puedas manejarla con las manos sin que se te pegue.
- Reposo de la masa: una vez lista, estirá la masa sobre una superficie enharinada hasta alcanzar aproximadamente 2 centímetros de grosor. Este espesor es clave para que las tapas queden tiernas pero firmes al morderlas. Luego, envolvé la masa en film o colocala sobre una bandeja y llevála a la heladera durante unos 20 minutos. Este reposo permite que la manteca se endurezca un poco y la masa sea más fácil de cortar y manejar.
- Corte y horneado: pasado ese tiempo, cortá las tapas con un cortante redondo (puede ser un vaso si no tenés molde). Si querés hacerlo bien fiel al Fulbito original, marcales con cuidado los dibujos de la pelota de fútbol sobre cada tapa, usando la parte trasera de un cuchillo o algún palillo. Colocalas en una placa enmantecada o con papel manteca y hornealas en horno precalentado a 180° durante aproximadamente 10 minutos, hasta que apenas tomen color. No te excedas, porque deben quedar suaves y tiernas.
- Preparación del relleno: en un bowl resistente al calor, colocá el chocolate trozado y derretílo a baño María, removiendo suavemente hasta que esté completamente fundido. Agregá el agua hirviendo de a poco y luego el cacao, mezclando bien hasta que la preparación se vea uniforme y sin grumos. Cubrí el bowl con film y llevá a enfriar a la heladera durante al menos dos horas para que tome cuerpo.
- Armado del alfajor: una vez que las tapas estén frías y el relleno haya adquirido una textura cremosa pero firme, comenzá a armar los alfajores. Colocá una generosa cucharada de relleno sobre una tapa y cubríla con otra, presionando apenas para que se adhieran sin que se desborde.
- Para el toque final, preparate un mate, un café o un té bien calentito, y regalate un momento de nostalgia con este alfajor casero que rescata uno de los sabores más queridos de la infancia.
