Como había sido predicho por los sondeos, la alianza del presidente francés Emmanuel Macron se convirtió en la más votada de las elecciones, pero no pudo mantener la mayoría absoluta.
La alianza de Macron (¡Juntos!) alcanzaría entre 220 y 260 bancas, bastante menos de los 289 necesarios para tener mayoría absoluta en el Congreso. Está seguido por la Nueva Unión Popular Ecológica y Sociales (izquierda) liderada por Jean-Luc Mélenchon que obtendría entre 150 y 200. Por su parte la extrema derecha (Agrupación Nacional) de Marine Le Pende pasaría de ocho diputados a tener entre 60 a 100 escaños.
Macron perdería su mayoría y lo obligarían a generar alianzas y negociados en el parlamento.
Estos resultados dejan mal parado al presidente centrista ya que perdió su histórica mayoría. El resultado lo obliga a generar alianzas y negociados en el parlamento al momento de querer sancionar alguna ley que propicie su programa.
Estos resultados electorales podrían leerse como una advertencia por parte del electorado tras su reelección. En estos comicios más de la mitad de los 48,7 millones de franceses no fueron a votar, la abstención ronda el 54%, un punto y medio más que en la primera vuelta.
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