El fundador y presidente del Grupo Petersen, Enrique Eskenazi, murió a los 99 años en su casa. Sus hijos, Esteban, Ezequiel, Sebastián, Matías y Valeria, junto con sus 14 nietos y 9 bisnietos, lo despidieron en una ceremonia íntima, tal como él había pedido. Sus restos descansarán junto a los de su esposa, Hazel Sylvia Toni Storey de Eskenazi.
Desde el Grupo Petersen lo recordaron como un empresario de espíritu innovador y un líder excepcional, destacando su compromiso con el desarrollo del país y los valores humanistas que transmitió a las generaciones que lo sucedieron. "Su ausencia deja un vacío difícil de explicar, pero su legado perdurará en quienes lo conocieron", señaló el comunicado oficial.
Nacido en Santa Fe en 1925, Eskenazi fue ingeniero químico graduado en la Universidad Nacional del Litoral y continuó su formación en los Estados Unidos. Su carrera arrancó en el Grupo Bunge & Born, pero fue en la década del 80 cuando tomó las riendas de Petersen, Thiele & Cruz y comenzó a transformar la empresa familiar en el holding que hoy conocemos.

Bajo su liderazgo, el Grupo Petersen diversificó su actividad en sectores como la construcción, la agroindustria, la energía y el sistema financiero. Entre sus hitos más importantes está la adquisición de bancos provinciales y su incursión en la industria petrolera, al adquirir el 25% de YPF en 2008, un movimiento que marcó un antes y un después para la empresa.
Además de su trayectoria empresarial, Eskenazi tuvo un fuerte compromiso con la cultura y el diálogo interreligioso. Promovió iniciativas como la Fundación Ecuménica Conocer y lideró proyectos vinculados al Teatro Colón, dejando una huella tanto en el ámbito empresarial como en el cultural.