La marcha de los jubilados de este miércoles ante el Congreso se anticipaba tensa por las advertencias del Gobierno: frente a la creciente adhesión de hinchas de fútbol que se sumaron a acompañar el reclamo por un aumento de haberes y condiciones dignas en la vejez, el Ministerio de Seguridad anunció un amplio despliegue represivo. El cumplimiento de la promesa de Patricia Bullrich dejó varios adultos mayores heridos, un fotógrafo en estado grave y unos 120 detenidos. La violencia motivó un cacerolazo en varios puntos del AMBA.
Para esta noche, se contaban entre 120 y 125 detenidos tras la represión en el Congreso. Además, circularon varias imágenes de jubilados con heridas producto del accionar policial, se reportaron unos 26 policías heridos y, quizás lo más preocupante, un herido de gravedad. Se trata de Pablo Grillo, un fotógrafo que se proponía tomar una foto cuando las fuerzas de seguridad le lanzaron un tubo de gas lacrimógeno. Tuvo que ser operado de urgencia, perdió masa encefálica y está muy grave, aunque todavía no hubo mayores actualizaciones sobre su estado.
Hacia las 20:30 de la noche de este miércoles, cuando la movilización frente al Congreso terminaba y las sesiones legislativas fracasaron entre falta de quórum y enfrentamientos entre diputados, se registraron varios cacerolazos. Las imágenes de la represión circularon rápidamente por redes sociales, motivando la auto convocatoria de numerosos vecinos, como aquellos que cortaron Corrientes y Scalabrini Ortiz cacerolas en mano. Varias personas se acercaron también a las inmediaciones del Congreso y a Plaza de Mayo, ya hacia la medianoche. “Que se vayan todos”, cantaron.
También se registraron cacerolazos en los barrios porteños de La Boca, Montserrat, Flores, San Cristóbal, Almagro, Caballito, Villa Crespo, Parque Chacabuco y Palermo, así como en localidades del conurbano, como fue el caso de Vicente López y Avellaneda. Las protestas también se sintieron en La Plata. En Plaza de Mayo, algunos carteles condenaban la agresión a Pablo Grillo y la represión en general, perpetrada por agentes de la Policía Federal, Gendarmería y la Policía de la Ciudad, quienes utilizaron gases lacrimógenos, camiones hidrantes y balas de goma.
Pasada la medianoche, la periodista Irina Hauser comunicó en sus redes sociales que la jueza Karina Andrade ordenó liberar a 114 detenidos, aduciendo que está en juego “el derecho a la protesta, a manifestarse en democracia y a la libertad de expresión”, y resaltando que para la manifestación de los miércoles en el Congreso “se convoca desde los sectores más vulnerables como son los adultos mayores".
Las imágenes de la represión en el Congreso y los cacerolazos
Los policías destinados al operativo represivo de este miércoles hirieron a varios jubilados, sobre todo lanzándoles gas lacrimógeno. Una de las agresiones más explícitas se produjo contra Beatriz Bianco, una jubilada de 87 años golpeada en la cabeza por un agente tras un breve forcejeo. La mujer cayó al piso inmediatamente luego del golpe, y terminó siendo trasladada al Hospital Argerich.



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