El exviceministro de Economía durante el gobierno de Alberto Fernández y director de la consultora YIER, Gabriel Rubinstein, dialogó con Es Nota sobre el rumbo del gobierno nacional, el acuerdo con el Fondo Monetario y la condena judicial a Cristina Fernández de Kirchner.
¿Cuál es su mirada sobre esta nueva batería de medidas económicas y la situación real de las reservas?
Bueno, las reservas son una fuente de preocupación desde hace mucho tiempo. El gobierno se comprometió con el Fondo Monetario a acumular reservas, y no pasó un mes del acuerdo, o dos, y ya claramente eso se incumple, entonces se espera un waiver, y para que haya un waiver tiene que haber acciones del gobierno para conseguir más reservas. El gobierno las está manifestando, deja entrever incluso que por ahí el Tesoro podría llegar a comprar dólares, pero tanto el Fondo como los mercados financieros esperaban que el gobierno comprara dólares, el gobierno se resistió, porque dijo que los iba a comprar en el piso de la banda, ya que varios economistas muy cercanos al gobierno decían que iba a llegar al piso indudablemente. Pero no llegó al piso, no sucedió. Entonces no están cumpliendo la meta de reservas y sacan una serie de medidas para tratar de ir cumpliendo, aunque se vayan modificando un poco las metas o se vaya alargando el cumplimiento. Hay que ver qué pasa ahora, hay un forcejeo entre el Fondo Monetario y los mercados, que quieren ver al Banco Central con más reservas, y el gobierno, que como privilegia la lucha contra la inflación no quiere comprar reservas para no estar demandando dólares que puedan hacer subir el tipo de cambio y lo alejen del piso o lo hagan subir de los valores corrientes.

El equipo económico del gobierno manifestó que quiere captar hasta mil millones por mes con bonos suscriptos en dólares. ¿Qué riesgos implica esta estrategia para el mercado cambiario? ¿De qué nos deberíamos preocupar, si es que hay algo por lo cual preocuparse?
Todas las deudas pueden generar preocupación porque puede pasar el vencimiento y que no se quieran renovar. Son deudas más bien de corto plazo, entonces hay que estar atentos. Acordate de que la deuda se colocó a 2029, pero con un punto en 2027, o sea antes de las elecciones. Hay también una sensación de que si no se ratifica el rumbo de Milei en las elecciones cierta plata que entra ahora les gustaría que se fuera antes de ese evento. Entonces siempre hay un riesgo latente de volatilidad. Son colocaciones de más de 6 meses las que están impulsando, es lo que hay, es un esquema bastante frágil y no hay otras alternativas. Como el riesgo país es alto, no hay manera hoy de endeudarse a 5 o 10 años en dólares directamente, que sería lo aconsejable para ir pagando las deudas en dólares que vayan venciendo, incluyendo las del FMI, en un rollover tranquilo, como hacen todos los países del mundo. Hoy no se dan esas condiciones electorales, son zonas frágiles. Entonces el gobierno está buscando qué se puede hacer. Bueno, se puede hacer esta colocación en pesos, que da una tasa alta en principio, si todo va bien, y cosas así bastante estructuradas, para ver si en algún momento preparan el camino para colocaciones más normales, pero todavía no estamos en ese terreno. Y en parte podemos conjeturar que el riesgo país no baja más. El gobierno dice que es todo por el riesgo del kirchnerismo. Uno puede decir, bueno, acá hay un riesgo que los mercados ven, que es que había un cierto compromiso, el acuerdo con el Fondo daba a entender que ustedes iban a comprar dólares especialmente de la cosecha y no lo hicieron, todo por privilegiar un interés bastante electoral de bajar la inflación más rápido, y entonces no están cumpliendo por lo menos con el espíritu de lo que se firmó. Y eso genera inquietud, genera que al riesgo país le cueste bajar.

Usted hablaba de lo que dice el gobierno acerca del kirchnerismo. Quiero preguntarle cómo cree que va a incidir en los mercados lo que acaba de suceder con Cristina Fernández de Kirchner…
Yo no soy politólogo, pero creo que hay algo penoso que pasa en Argentina, que tiene que ver con las dificultades de buscar consensos. Estamos entre federales y unitarios, peronistas y antiperonistas, el gobierno que exacerba la lucha contra los opositores y se arman estas grietas tan fuertes que a mí me parece que no llevan a buen puerto. En Argentina siempre va a haber una corriente liberal y una corriente más estatista. Es lógico y pasa en todas partes del mundo. Pero hay países como Uruguay, como Chile y como casi todo el mundo que no comprometen a la macroeconomía con esas discusiones normales. Acá parece que esas discusiones normales son a vida o muerte, y tenemos un presidente que dice ‘muerte al socialismo’. A mí me da vergüenza ajena, mucha tristeza, porque qué quiere decir eso, es una exageración. Puede haber discusiones civilizadas en cuanto al socialismo, al capitalismo y a qué grado de intervención del Estado pero no esto que estamos viviendo. No creo que así se construya una República, ¿no?
Gabriel, por último, ¿se arrepiente de haber participado del gobierno de Alberto?
No, no me arrepiento de haber querido participar para mejorar la economía. Hice lo que pude. Hubo que pelearla desde adentro, y bueno, así es la vida.
